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EXCLUSIVA-SONDEO: Mujeres latinoamericanas, disgustadas por el acoso sexual en el transporte público

by Anastasia Moloney | @anastasiabogota | Thomson Reuters Foundation
Wednesday, 29 October 2014 00:01 GMT

By Anastasia Moloney

BOGOTA, Oct 29 (Thomson Reuters Foundation) - Cuando Beatriz Rodríguez parte de su casa en la madrugada hacia el trabajo en Bogotá, se mentaliza para los 40 minutos de apretujones que significan entrar en la estación de autobuses, abordar un micro y luego enfrentar los peligros del viaje.

"El transporte público es una pesadilla. Roban los teléfonos celulares con frecuencia y usted puede ser víctima de acoso como lo he sido yo", dijo Rodríguez, una empleada doméstica de 26 años que lamenta que la mayoría de la gente mira para otro lado y las agresiones no suelen ser castigadas.

"Al principio pensé que lo que sentía en mi espalda era una bolsa, pero cuando me di la vuelta, me di cuenta de que era un hombre frotándose y masturbándose contra mí. Es asqueroso tener que enfrentar esto en el camino al trabajo", agregó.

Rodríguez no es la única alarmada por su seguridad para viajar en la capital colombiana.

Muchas mujeres se hacen eco de sus preocupaciones en Bogotá, que tiene un sistema de transporte que fue calificado como el más peligroso para las usuarias en una encuesta de la Fundación Thomson Reuters entre 15 de las capitales más grandes del mundo, incluida Nueva York, la ciudad más poblada de Estados Unidos.

Bogotá y otras dos ciudades latinoamericanas - Ciudad de México y Lima - fueron las tres capitales con los sistemas de transporte menos seguros para las mujeres en el sondeo entre más de 6.550 mujeres y especialistas en género y en urbanismo.

Nueva Delhi, en la India, ocupó el cuarto lugar seguido de Yakarta y después por Buenos Aires. Nueva York fue considerada como la ciudad con el transporte más seguro para las mujeres, seguida de Tokio.

La historia de Rodríguez se repite en América Latina, una región conocida por su cultura machista y los altos niveles de violencia contra las mujeres, a pesar del consenso de que un transporte seguro es clave para que ellas vayan al trabajo, a la escuela y disfruten de su libertad económica.

Las mujeres latinoamericanas dicen que enfrentan amenazas diarias en el transporte público que van desde comentarios lascivos, manoseos hasta agresiones sexuales como hombres frotándose contra ellas o tomando fotos bajo sus faldas. Y aseguran que no se hace lo suficiente para protegerlas.

AGRESIONES CAPTAN ATENCIÓN DE TITULARES

Liliana Díaz, una maestra de Bogotá, dijo que el hacinamiento en los autobuses de la ciudad, con una población estimada por las Naciones Unidas en 9,6 millones de personas, es un problema grande. La capital colombiana no tiene trenes.

"No hay suficientes autobuses para atender la demanda. Hay muchos empujones. Entre la multitud es fácil para un hombre tocar a una mujer y pasar desapercibido", afirmó Díaz.

Martha Lucía Sánchez, secretaria distrital de la mujer en la Alcaldía de Bogotá, dijo que estaba sorprendida de que Bogotá haya sido la peor en el sondeo hecho en línea por la encuestadora YouGov para la Fundación Thomson Reuters con especialistas en cada ciudad.

Pero dijo que era consciente de que las mujeres se sienten inseguras en el transporte público.

La funcionaria explicó que el machismo generalizado, las pocas condenas, las cortas penas de prisión para los que abusan de las mujeres en los autobuses y los pasajeros que ignoran las agresiones, son algunas de las razones por las que el transporte en la ciudad es tan malo para las ellas.

"Estoy convencida que la violencia contra la mujer en el transporte público y en la sociedad sigue por la impunidad y por la tolerancia social", dijo Sánchez a la Fundación Thomson Reuters en una entrevista en su oficina en el centro de Bogotá.

"Alrededor del 80 por ciento de los casos de violencia contra la mujer se queda en la impunidad. El acoso contra la mujer en el transporte público aún se percibe como un delito menor y no como un delito de abuso sexual. Hay una falta de solidaridad en los casos de violencia contra la mujer y la ciudadanía en el transporte público".

La encuesta incluyó seis preguntas. Bogotá fue clasificada como la peor ciudad para las mujeres que viajan solas por la noche y por la percepción general sobre seguridad.

Una serie de agresiones sexuales contra las mujeres en el sistema de autobuses rojos de Bogotá, conocido como TransMilenio, han acaparado los titulares de la prensa local en los últimos meses, aumentando la sensación de inseguridad que sienten las mujeres.

En respuesta, un pequeño equipo de policías encubiertas formado recientemente comenzó a patrullar los autobuses de TransMilenio. Y se pusieron en funcionamiento vagones exclusivos para mujeres con un programa piloto en tres rutas durante las horas de menos demanda a principios de este año.

Iniciativas similares se introdujeron en Ciudad de México desde el 2008, donde las mujeres suben al frente de algunos vehículos y esperan en zonas especiales en las paradas de buses y de trenes, además de tener autobuses rosa solo para ellas.

A pesar de todo, muchas mujeres siguen siendo víctimas de ataques en el transporte.

La encuesta reveló que a Ciudad de México le fue peor cuando se trata de mujeres que son abusadas ​​verbal y físicamente en los autobuses y trenes. Más de seis de cada 10 mujeres encuestadas en línea por YouGov, o 64 por ciento de las 380 mujeres, dijeron que habían sido tocadas o físicamente acosadas.

En Bogotá la cifra fue del 57 por ciento y en Lima, del 58 por ciento. Esto contrasta con la de Londres, donde el porcentaje fue del 19 por ciento.

De acuerdo con informes de la prensa local, las autoridades de Lima introdujeron en junio mujeres policías encubiertas en los autobuses para identificar a los delincuentes, después de que una noticia de primera plana sobre la popular actriz Magaly Solier sorprendiendo a un hombre detrás de ella masturbándose en un autobús.

La entonces ministra de la Mujer y Poblaciones Vulnerables de Perú, Ana Jara, sugirió en su momento que las mujeres debían llevar armas rudimentarias como tijeras para protegerse en caso de que "las autoridades sean lentas para reaccionar".

Pero el número de mujeres que acuden a denunciar el abuso oficialmente es bajo. El sondeo estableció que hay poca confianza en que las autoridades investiguen a fondo las denuncias.

Expertos consultados dijeron que iniciativas como la mejora de la iluminación alrededor de las estaciones, la reducción del hacinamiento en las horas pico, y aumentar el número de policías de vigilancia en las terminales de transporte podrían ayudar.

"La clave está en fomentar empatía entre usuarios, crear comunidades para enfrentar este tema en conjunto y no dejar a las víctimas solas en el proceso", dijo Aldo Tudela, asesor de la Secretaría de Transporte del Banco Mundial en la Ciudad de México.

(Editado en español por Luis Jaime Acosta)

(Mesa de edición en español +562 2437 4400. Twitter: @ReutersLatam)

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